¡Hola de nuevo!
Como ya sabéis hoy es el día de Santa Ana, ¿qué mejor manera de celebrarlo que con algo relacionado con mi nombre? Es por eso que os traigo este disparate.
Tal y como mencioné en una entrada sobre el idioma checo, sobre mí cae la terrible maldición de llamarme Ana, cuyo vocativo en checo es “Ano”. Creo que no hace falta explicar por qué odio que me llamen “Ano”. Por eso, les pido a los checos que me llamen “Anička” (o sea, “Anita”), cuyo vocativo es “Aničko”. Mucho mejor, ¿verdad? 😛
Una vez superada esta maldición, no espera encontrarme de nuevo “Ano” en ningún sitio… Gran error, puesto que hay gente por ahí que va comentiendo esta clase de disparates. ¡Juzgad vosotros mismos!